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Un libro:
La Historia de Méntrida.

Un autor:
Antonio Jiménez-Landi.

Por fin, como era de esperar, aparece la "Historia de Méntrida", cuya autoría se debe al ilustre mentridano -sino por origen, sí por herencia y por afectos- don Antonio Jiménez-Landi Martínez. Esperaba con impaciencia la edición, pues muy pocas obras han de ser tan apreciadas en nuestra Villa, no solamente por la categoría intelectual y humana de su autor, sino por las admiraciones y recuerdos que ha de levantar este libro entre todos nuestros convecinos.

Ciertamente, me ha producido satisfacción al comprobar su culminación, no porque recelase del tácito compromiso contraído con el pueblo, por parte de nuestro Ayuntamiento, sino por la dilación en el tiempo, para una obra firmada a mediados del año noventa y siete, tres días antes del fallecimiento de don Antonio.
Compruebo, en primer lugar, que el título ha sido revisado y, lo que en un principio comenzó denominándose "Breve Historia de Méntrida", por la negada vanidad de su autor, ahora nos llega como "Historia de Méntrida".

Difícil y complejo es resumir en breves líneas el contenido de la obra y, a pesar de ellas, todas insuficientes para cumplir tan elogioso ejercicio. Pero no podía sustraerme a la petición que se me hace para esta página "web" de Méntrida, divulgando con sumo agrado la obra de esta admirada, lúcida e ilustre personalidad como fue don Antonio Jiménez-Landi Martínez.

Es la obra una elaborada alineación de la historia mentridana, desde las primeras referencias que la mencionan -antes del siglo III, con restos romanos descubiertos en las proximidades de Berciana-, hasta finales del siglo XIX. Concretamente, la última noticia del libro data de finales de 1891, cuando, después de inaugurada la línea de ferrocarril de Madrid a Navalcarnero, sería prolongada a Villa del Prado, pasando por Méntrida, como leemos con curiosidad en la página 280 de este libro.

El volumen consta de cinco apartados bien diferenciados, pero relacionados entre sí y buscando conexión con la historia preliminar de España y sus antecedentes. En el primero, interesante por sus generalidades, se detiene en la descripción geofísica, administrativa, cultural, etnográfica, arquitectónica y heráldica de nuestra Villa. La segunda parte, se centra en la evolución histórica, pormenorizada con todo lujo de detalles, y en ella muestra el autor, llevado de su apasionante atracción por el pueblo de Méntrida y el interés por sus orígenes y su historia, el progreso y los muchos avatares que dominaron el acontecer del pueblo, aleccionándonos con extraños pleitos, censos, mayorazgos, ordenanzas y el obstinado motín de 1608, cuyas documentadas referencias completan el libro, entre otros muchos temas importantes. Por supuesto, no podía faltar la prestigiosa y popular tradición de la Aparición de Nuestra Señora de la Natividad, en Berciana, así como sus prodigios milagrosos y variadas revelaciones personales que el historiador refiere y documenta, aunque esta antigua y memorable tradición también puede buscarse en el alma del pueblo y de sus vecinos. Los otros tres apartados de que consta el libro, amplían y detallan los enunciados anteriores, documentando rigurosamente su contenido.

El detenido trabajo ha sido elaborado premeditadamente como una obra con efectos transmisores, en consonancia con una faceta pedagógica inherente al autor, quien mucho se preocupa por la comprensión historiográfica en relación con sus contenidos. El aspecto del estilo literario, muy cuidado, despierta mayores atenciones en la práctica de una didáctica norma de oro, considerando dos elementos fundamentales: el hecho que se quiere contar y el público al que se dirige, pues no debe ser suficiente que el acontecimiento narrado tenga importancia, ni que esté muy cuidada su redacción. Necesita ser comprensible para todos aquellos a los que va encaminado. "Debo advertir -nos explica en el Prólogo- que este relato va dirigido a lectores no especializados y no es, ni mucho menos, exhaustivo, ni completo". A pesar de esta humilde confesión, reconocemos a través de su lectura, el tiempo que el autor ha dedicado a revisar, uno tras otro, libros y protocolos, desempolvando documentos en los múltiples archivos examinados.

Es innecesario destacar el alto interés que posee al tratar tan documentada y exhaustivamente la presencia de las tierras mentridanas en este magno escenario mariano. En la obra hay una amplia y exigente constatación de hechos, lugares, nombres, instituciones, datas y anecdotario que ponen de manifiesto la incidencia del territorio de Méntrida en el gran acontecer histórico de la Villa y simultáneamente se acredita la labor investigadora de don Antonio Jiménez-Landi, en una línea rigurosa, metódica y cuidadosa de todo detalle, capaz de enriquecer el conjunto con su particular significación. A través de sus cuatrocientas cincuenta páginas se examinan hechos y acontecimientos, se explican sus motivaciones y se desmenuzan en sus veintisiete capítulos, acontecimientos desarrollados hasta el siglo próximo pasado. Complementan tan esmerado trabajo, numerosos apéndices, datos cronológicos y un apartado que detalla la extensa e intensa bibliografía que sobre Méntrida abunda, desconocida por nosotros, en su mayor parte.

Es de sumo interés este excelente estudio, riquísimo de datos, ordenados con criterio magnífico y completado con abundancia de ilustraciones gráficas, la mayor parte fotografías, dibujos y pinturas del autor, así como la recopilación de las partituras musicales utilizadas por los Danzantes de Méntrida, importante aportación para la supervivencia rigurosa de sus melodías. Estimo importantísima la recogida de estos documentos que atestiguan una riqueza de tradiciones que no podemos permitirnos que caigan en el olvido y lleguen, por desidia, a perderse. Complementando este interesantísimo ramillete de melodías -no podía faltar-, emerge florido y solemne el "Himno a Nuestra Señora de la Natividad, Patrona de la Villa de Méntrida", del cual es autor de la letra -de todos bien conocido-, tantas veces cantado por los mentridanos en señaladas y festivas fechas, como fiel plegaria elevada a los cielos.

Es, en definitiva, un estudio serio y completo, como todos los que han salido de su privilegiada pluma, y a donde habrá de recurrirse en el futuro como fuente, no sólo de inspiración, sino como registro documental de máximo rigor. Puede decirse en suma que, a nuestro juicio, esta publicación, que con tanto acierto ha promovido el Ayuntamiento de Méntrida, nos merece los máximos elogios por tratarse de una obra benemérita y vernácula.

Resulta difícil enjuiciar una obra cuando el género sobrepasa el ámbito estrictamente literario y trasciende a lo legendario y lo histórico, y es más difícil conseguir, con objetividad, una valoración consecuente. El autor -así lo he visto y así lo creo-, ha bordado el ámbito inexorable de la historia con una estética y entrañable reflexión de "su" pueblo, llena de encanto y poesía en el discurrir de sus palabras. Nada tan lejos de nuestra duda, dada su procedencia de la antigua "Institución Libre de Enseñanza" y la ilustración y educación recibida de sus admirados profesores, especialmente de don Manuel Bartolomé Cossío, o de los hermanos Giner Pantoja, profesores de Literatura e Historia del Arte, y ambos sobrinos de aquel admirable pedagogo Francisco Giner de los Ríos, que labraron en él una personalidad de erudita y humanista formación, con un distintivo propio, peculiar, y sensata sensibilidad para percibir, no sólo la educación, sino una manera especial de entender la vida.

Su acusada personalidad y extraordinaria facultad conversadora hacían de él un ser entrañable, culto y sin dificultad para merecer su aproximación. Por otra parte, con personajes de esclarecido rango, gozaba igualmente de su amistad y aprecio, entre las que destacamos figuras como Ortega, Marañón, Zulueta, Lafuente Ferrari y otros miembros distinguidos de la intelectualidad española, con quienes se reunía en el Café Roma, de Madrid, según nos cuenta don Pablo Beltrán de Heredia en la "Evocación" que, en magistrales y emotivas líneas, retrata la singularidad de don Antonio. Con estos antecedentes -signos de distinción y prestigio-, cualidades que adornaban, con bondadoso espíritu, a su servicial persona, refrendamos la categórica identidad de un hombre que supo escudriñar el muestrario histórico de la Villa de Méntrida y presentarlo ahora como fruto de sus escrupulosas investigaciones.

Finalmente, y como única contrariedad referida a la edición material de la obra, lamentamos señalar la falta de la portadilla que suele incluirse después de la cubierta; desangelada entrada en un volumen, en general, bien presentado.


José-Domingo Vales Vía.


Nuestro agradecimiento, a Antonio Jiménez-Landi por haber dedicado tanto tiempo y entusiasmo a nuestro pueblo.

Asimismo agradecemos de nuevo a José-Domingo su colaboración, con este escrito.
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Este libro se ha distribuido como obsequio entre los vecinos empadronados de Méntrida, por el Ayuntamiento, junto con el escrito por Don Jesús García Cuesta "Méntrida culto y cultura", en el futuro se podrá adquirir en librerías especializadas.

Colaboraciones y sugerencias:


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