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Cruz de Silva o ¿de Silba?
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Al norte de la villa, pegada a un vértice geodésico que señala una de las máximas alturas del pueblo -590 metros-, y desde donde se contempla una hermosa y amplia panorámica del mismo, se alza, siluetada sobre el inmenso azul del cielo, a un lado del antiguo Camino del Cebadero y confluyendo con la actual carretera de Aldea del Fresno, la conocida Cruz de Silva.
Su nombre, así nos parece, ha podido sufrir una alteración en el significado, si atendemos a la narración que del "prodigioso aparecimiento de la milagrosa, y soberana imagen de Nuestra Señora de la Natividad" nos hace fray Luis de Solís, en su libro escrito en 1734. Y es fácil interpretar la deformación a que nos referimos, si nos detenemos en la lectura del texto relacionado con dicha aparición al pastor Pablo Tardío, en Berciana, que justifica, con mayor razonamiento, el calificativo que en su momento hubo de otorgársele. Para apoyar esta tesis, transcribimos la referencia aludida que transcurre cuando Pablo Tardío, por segunda vez, regresa al pueblo portando la carta que le entregara la Virgen, "por señal", para que los vecinos hiciesen caso de sus manifestaciones.
"...caminaba presuroso con ella á Méntrida; pero al dár vistas al Lugar, le salieron los demonios en varias, y horribles figuras al enquentro, procuraron detenerle, y le instaban á que atrás bolviese; pero como no pudieron, con golpes, y empellones le maltrataron (...), pero como al Imperio, y Protección de Maria Santisima no ay resistencia en el enemigo; en esta batalla quedo totalmente vencido, y á su pesar, y contra su voluntad, y querer huvo de dár paso, y dexar desembarazado el camino á nuestro Pastor..." 1.
El agradecido Pablo, librado de "la furiosa rabia con que el demonio quería hacerle pedazos" y siguiendo una tradicional costumbre de "levantar Estatuas, Columnas ú otras Efigies en los campos en donde se daban fuertes batallas, para que sirviesen de eterno monumento (...), el Pastor Tardío puso la Sacrosanta Cruz en el sitio de la batalla, á quien desde entonces comenzaron á llamar Cruz de Sylva; yá en memoria de los silvidos con que el demonio le atemorizaba para vencerle, y yá en sumptuoso agradecimiento á Maria Santisima, por tan singular Victoria, como con su amparo avia alcanzado " 2.
En cuanto al nombre con el que se conoce esta Cruz -de siempre y por siempre-, nada queremos añadir que no se pueda interpretar a la vista de los textos del párrafo que precede. Sólo nos resta aclarar que, desde el punto de vista lingüístico, no tiene nada de extraño que en una palabra de nuestro idioma haya existido una vacilación gráfica durante mucho tiempo en lo que respecta a su escritura con "b" o con "v", al no prevalecer unas normas ortográficas fijas que comenzarían a consolidarse a partir de la fundación de la Real Academia Española, en 1713. Cuando se publicó el libro de fray Luis de Solís, en 1734, todavía balbuceaba el primer Diccionario de la Lengua, por lo cual, solían utilizarse ambos grafismos de forma indiferente o arbitraria.
Sin ánimo de romper con una usanza del pasado y respetando el significado del hecho, consideramos sin embargo, que la forma más correcta de escribir el nombre de esta Cruz -en realidad, plenamente asumido su origen-, sería "de silba", en lugar "de Silva", que arrastra a un confusionismo intruso, por cuanto no identifica a ningún personaje con dicho apellido
Como ampliación anecdótica, diremos que otras varias versiones de esta misma tradición han galopado entre la vecindad mentridana, desde aquella que explica cómo Pablo Tardío echó un escapulario, entregado por la Virgen, al cuello del demonio aparecido, en cuyo momento éste "daba un tremendo silbido y desaparecía bajo la tierra por un agujero profundísimo que se abrió en el mismo lugar donde tiempo después se alzó la cruz", hasta el relato que afirma cómo "la cruz existía ya y que el silbido del diablo la torció, porque -según Jiménez-Landi- la cruz de Silba o de Silva estaba inclinada hacia poniente".
Resumiendo, y sin duda alguna, la explicación más comúnmente aceptada es la revelada por fray Luis de Solís, cuyo autorizado fundamento se apoya en el testimonio "de un Venerable Sacerdote, llamado Braulio Gomez" quien en el año 1293, "poco más, o menos" (...) "era Theniente Cura de esta Población, y ahora Villa de Mentrida. Este, pues, Braulio Gomez afirma, conoció al Pastor á quien se dignó aparecer Maria Santisima (...) y escrivió esta Historia en cinco fojas de pergamino, las cuales vi, y leí en el Archivo de Santa Maria la Real de Obona". Otro interesantísimo testimonio que aporta el investigador Solís, es la "Información Jurídica, que se hizo de este glorioso Aparecimiento el año de mil seiscientos y cincuenta y tres, en la cual los testigos deponen de averlo oído a sus antepasados, y estos a otros, y de la comun tradicion de padres á hijos..." 3.
Documentación, efectivamente, conservada en nuestro archivo parroquial -"en un manuscrito de treinta y un folios"-, celosamente custodiada, y de la cual nuestro entrañable párroco, don Jesús García Cuesta, ha dedicado mucho de su tiempo para estudiarla y darla a la luz pública en una escrupulosa y esmerada recopilación histórica 4.
Finalmente diremos que la actual cruz está formada por un pedestal y un rugoso fuste con pequeño capitel muy deformado, todo ello en piedra granitoide, que soporta una cruz de brazos cilíndricos. Mide tres metros y diez centímetros de altura y sólo el pedestal y el capitel pertenecen a su primitiva construcción. Según Jiménez-Landi, fue derribada en el verano del año 1936, y levantada de nuevo en 1950, pero informaciones recogidas entre diversas personas del pueblo, nos aseguran que, con anterioridad, ya permanecía desplomada en el suelo. En los laterales del pedestal existen ciertas inscripciones, difíciles de descifrar actualmente por el desgaste que el tiempo ha causado en la piedra de no muy buenas calidades. Una fecha, en el lado que se orienta al Este, parece señalar el año, supuestamente, de su construcción. Don Antonio Jiménez-Landi sostiene que en el "pedestal se lee todavía el año de su erección: 1646" 5. Para el autor de esta leve reseña, fue imposible completar su transcripción, y solamente delinear, siguiendo al tacto las hendiduras de la piedra, los números "1, 6 (¿?) 4", sin poder identificar el dígito que está intercalado entre la segunda y la cuarta cifra.
Asimismo, en la basamenta que sostiene la cruz, se encuentra un bajorrelieve que bien pudiera ser la marca del artífice del primitivo crucero -dadas las características del dibujo-, esencialmente de la inscripción existente en las caras laterales de la peana, y cuya lectura se hace dificultosa -como hemos expresado más arriba-, bien por las inclemencias atmosféricas o las posibles deficiencias de labra. Dicha divisa la hemos recogido -véase el dibujo inserto- para información y conocimiento del curioso lector.
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1- Página 76, 3ª línea, y 82, 24ª línea, del libro "Historia del prodigioso aparecimiento de la milagrosa y soberana imagen de Nuestra Señora de la Natividad venerada extra-muros de la Villa de Méntrida, de fray Luis de Solís. Año MDCCXXXIV".
2- Página 85, 5ª línea, libro citado.
3-Pág. 47, línea 12, libro citado.
4-"Nuestra Señora de la Natividad, patrona de la Villa de Méntrida" 1996. Apéndices documentales, páginas 183 y ss.
5-"Nuestra Señora de la Natividad y su culto en la Villa de Méntrida", 1950, pág. 42.
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Escrito por nuestro buen amigo José-Domingo Vales Vía.Muchas gracias
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Colaboraciones y sugerencias:
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